Daniel Memmo

Disculpe!!,...cuánto cuesta?

Disculpe!!,...cuánto cuesta?

una cuchara de plástico,

para raspar el fondo de la olla,

el hambre se convierte en ateo

cuando los milagros son las limosnas,

y  las manos con ampollas..,

otro crucificado que no tendrá estampita,

el vino mágico viene en cartón,

y los Poncio Pilatos ni se lavan las manos,

con sus dedos mugrientos,

señalan..,

la caridad expresada en publicidad,

la salvación será después de muerto,

el viejo vicio de ver la vida como un podio,

rodajas de pan alivia su conciencia,

el falso predicamento del amor al prójimo,

y la vida va..,

de coronas de espinas o de laureles,

de buenos estrategas y de perdedores al que les esconden las fichas,

de romperles las rodillas antes que comiencen la carrera,

quien le lavara sus pies cuando muerto termine en una fosa común?,

arrójenles pan!!,

que sea duro,

que les duela los dientes,

que aprendan que nada es gratis y menos.. cómodo,

que las monedas les alcance,

los perdedores no cotizan en la bolsa de la vida.

Disculpe!!,...cuánto cuesta?

ser un idiota útil,

un iluso..,

un militante de la hipocresía,

abuchear lo nuevo,

negar los errores,

vestirse de juez,

no extrañarte en cada otoño,

negar el crimen con el cuchillo ensangrentado en la  mano,

volver al vientre .

soñar con los ojos abiertos.

Disculpe!!..,cuánto cuesta?

morir en el crespúsculo de un día perfecto,

volver el tiempo atrás,

negar todo sin titubear,,

creer en un salvador,

escupirle la cara a los traidores,

esperarla en la puerta del colegio,

borrar la promesas..,

Cuánto cuesta?,

ser un zombie para adorar una bandera,

tener de patria mi ombligo,

una confesión para limpiar mi consciencia,

verte sonreír,

la receta para que no me afecte esquivar a los que mueren de frio,

creer que soy libre,

vomitar la promesa que te  conquisto,

Disculpe!!.., cuánto cuesta?

lo que no se puede comprar,

mientras la vida va..,

pan para los conformistas,

sopa.. mucha sopa!!

Para  los que nacieron con luz propia,

en este planetario,

que con sus ojos admiran su propia constelación,

que nace en su ombligo y termina en su idiotez.

 

     Daniel Memmo