Cuando pienso en aquel amor ausente,
el que me dio momentos adorables,
que para mí serán inolvidables,
siento que aquí conmigo está presente...
Y es que en mi corazón está latente,
el ardor de caricias adorables,
que abundaron por siempre insaciables,
por lo que aquí pernoctan en mi mente...
Porque a ese amor lo paso recordando,
es obvio que la sigo aún amando,
y ella en mi corazón está constante…
Y al pensar en la ausencia de ese amor,
rezagos de alegría y de dolor,
penetran en mi corazón amante…
Autor: José Enrique Flández.
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New York.