Me fui al norte
muy tarde aquella noche...
en un bote
hasta el relente.
Tendí las redes
entre salados cantares...
a la Virgen
en altares de mares.
Y con un candil de aceite
sostuve el aire...
en pos de su estrella naciente
para que me guiase.
Y soñé ser almirante
por la bruma embriagante...
y con amor luciente
navegué, a su seno palpitante.