He de confesar que en ocasiones finjo que existo
voy de sitio en sitio confundiéndome
entre los hombres
formando parte de ellos
sin que se sospeche que soy
la piedra que no soy
posada en el mar
a la que los peses confunden con pez
y los erizos con erizo.
En ocasiones
cuando la cosa se pone seria
también finjo que vivo
y que estoy
no por el mero hecho de haber caído
sino por haberme levantado
y estar a gusto entre los hombres
entre los peces
y entre los erizos.