Inquietudes
A ti, compañero de las noches solitarias,
hablador incansable sobre alfabeto de teclas,
vas componiendo tu alegre sinfonía
con cada pulsación suave de las letras
y mandando con cada golpe una parte muy importante
de tu vida, a través de un oscuro mundo de tinieblas,
que recorre el universo como la luz de un candil
hasta postrarse ante mí, en humildes versos.
Me llega desde las estrellas, iluminando una
pantalla que sumando va letra a letra, creando
las oraciones más bellas que en las noches
solitarias solemos hacer los poetas.
A ti, compañero de rostro desconocido,
que tienes los mismos gustos que, en mí se hallan
y en el silencio de la noche hablan sin saber
hacia donde vuelan, llevando lo más hondo
de mi alma.
Contigo hablo sin que tú escuche mi voz
ni mis palabras, pero sentirás lo que mi corazón
transmite a través de mi teclado y las ondas
del aire que los lleva.
Compañero de noches solitarias, respóndeme
si el mensaje te ha llegado, deseo saber
si me tienes a tu lado, o mi voz se perdió
entre tinieblas.
Pregúntale a las estrellas si ellas vieron
volar entre sus luces muchas letras,
hablando de inquietudes que en mí tengo,
haciéndoselo saber a otros poetas.
Seguramente con su luz la confundieron
creyendo ser del cielo otros planetas.
José Ares Mateos (Menesteo)