Y fue en la noche impenetrable de la espera
y la ausencia aterida, temerosa del ocaso;
ignición, sombras, controles, pálpitos atropellados
y un pionero universal junto al gen
de Leto, Apolo y Artemisa…
y la humanidad tanto desangrada
entre pasos y saltos se conmovió para siempre.
El Mar (ya no) de la Tranquilidad marcando
el paso y el salto polvorientos y distantes,
ha de quedarse absorto ante el nuevo viaje
del Águila al postrero horizonte,
cuando tras quince mil setecientos veinte y más lunas,
vestido de caverna, bronce, lienzo
y ciencia siempre pasajera, Neil Armstrong
ha de sonreír de nuevo, persistente
y por millones de otras lunas,
y ha de dejar al infinito con su voz, lleno,
rompiendo mil silencios escondidos
en las voces que por siempre
ya no vendrán solamente
del Homo Sapiens en Houston.
Agosto-2012
Bolívar Delgado Arce
(Inédito).- En la muerte de Neil Armstrong
BLOG:
bolivardelgadoarceblogspot.com
\"A lo lejos alguien canta\"