Modernas doctrinas
Nos hacen creer
Que somos libres
De vivir.
Pero que decisión
Mas relevante
Mas intima
Y mas empoderante
Ha de existir,
Que elegir
Cuando y como morir?
La eutanasia parece alentadora
Cuando el dolor es devastador.
Y por alguna topadora
O algún mal doctor
El sufragio físico
Puede ser aun peor.
Y algún derecho libertario
Querrá pasar sobre el tuyo
Apropiándose de lo que no es suyo,
Creyendo tener el deseo
La facultad y la capacidad
De ejercer impunemente
Sobre vos su voluntad.
Tan exento se siente
Tan ácrata se cree
Que cualquier crimen
Cometería
En cualquier lugar
Y horario del día.
Y te da el derecho a sufrir
A agonizar lentamente
Mas no a morir dignamente.
Eso lo decide la gente
Los otros
Parvas de desconocidos
Dictaminan cuando sera
Tu partida final.
Colonos en tierra ajena
Los libertos de esta era
No saben que es tanto mas
Lamentable
Ser un muerto viviente
Que un cadaver reciente
Que de vida ya tuvo suficiente.
La eutanasia la suelen dar
Para las escorias de la sociedad
Asesinos violadores traficantes
Proxenetas pederastas estafadores.
No obstante
A los inocentes
A sus víctimas
A los enfermos terminales
No les dan esa ultima cortesía.
Los que causaron daño
Se van de este mundo
Suavemente, indoloros,
Y quienes fueron vulnerados
Los dejan postrados
Desgarrados desangrados
Sentados observando
Su propio funeral
Y les exigen alegría
Por un día mas de vida.
Siendo que la eutanasia seria
El beso diligente
El mimo urgente
La mejor salida
Para quienes fueron
Con hechos,
A sus pares clementes
Y el mundo vomito los desechos
Despiadadamente.
La eutanasia es
La mayor autonomía
Prohibida y repudiada
Por y desde
El mas decente
Y el mas abierto de mente.
El dolor ajeno
Es lo único que tangible
No se siente
Y se niega abruptamente,
Lo que desemboca
En suicidios cruentos
O en muertes postergadas.
Vivir es mas
Mucho mas
Que firme tener
El pulso vital
Vivir es la dicha
De existir encontrar
Beber del elixir
Y poderlo compartir
Sin escatimar
Sin escasear lo esencial.
La eutanasia
Es la única elección
Que para valerse
No requiere
Sudor y sangre de otro
Y es la única
Que al nombrarla
Causa gran alboroto
Hasta al mas devoto
O favoritista del aborto
Se espantaría.
Nadie permitiría que otro
Por fin sea dueño
De su propia vida
Muriéndose
En una caricia adormecida.
La muerte es
El final del dolor.
Como una recompensa
Al honor
Y no un castigo
Otorgado al malechor.
Eutanasia
Como ultimo gesto de amor...
JULIETA IALLORENZI
PATENTADO EN SADAIC Y DNDA
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS