kavanarudén

Recuerdos...dulces y amargos recuerdos

 

 

Ahí estabas, acurrucada, silenciosa en un rincón de mis recuerdos.

Bastó escuchar una canción, nuestra melodía y una taza de café humeante.

Me arrancaste una dulce sonrisa, de esas que solo te producen las personas especiales, que han dejado una dulce huella en tu vida.  

Recordé nuestras incansables caminatas a la orilla del mar, mientras las olas besaban nuestros pies desnudos. Contemplábamos el horizonte. Hablamos de todo y de nada. La magia del encuentro.

Tu risa expresiva, sincera, contagiosa. Imposible escucharte y no reír contigo.

Tus manos suaves, cálidas, especialistas en caricias que te hacían olvidarlo todo y entregarte sin reserva alguna.

Tu pelo negro azabache, brillante, que jugaba con la brisa dejando su hechizo en el aire.

El aroma indescriptible de tu piel, su suavidad y calidez, jamás encontrado en mi vida. 

Tu voz canora, expresiva. Tenía el poder de serenarme, de tranquilizar mi impetuoso corazón.

Tus dulces e inocentes labios que me enseñaron a besar (sonrío) 

La magia indescriptible del primer amor, ese amor juvenil, fresco, aventurero.

Todo tiene un principio y un fin, cruel realidad.

Mi último recuerdo de ti fue en aquella clínica. Tendida con los ojos perdidos en quién sabe cuál cruel universo. La leucemia carcomía tu tierna vida. Se alimentaba de tu juventud y tus sueños. 

Mis ojos se llenan de lágrimas. La vida puede ser tan cruel.

Un viaje a Estados Unidos. La promesa de un tratamiento avanzado que te devolvería la vida. 

Inútil esperanza que desvaneció el día de tu muerte. 

Parte de mí partió contigo, mucho de ti se quedó para siempre conmigo. 

Recuerdos….dulces y amargos recuerdos.