Estamos destinados a no ser, a no estar...
Estamos destinados a no ser
la palabra contemplada en nuestras manos.
El silencio de una noche sin hoguera,
en la complicidad.
Estamos destinados a no estar
en la cima frente a un beso por dar,
en la calle siendo la contracorriente
del discurso embajador de la soledad.
Es tu mundo una contraposición al mio
y sin embargo te amo en la revuelta de conflictos,
de banderas sin estados, de una guerra sin soldados
de esta patria de amarnos sin estar.