Paseando por el campo
he visto los girasoles,
ese color amarillo
es bello con esas flores.
El color azul del cielo
realzaba ese paisaje,
era la imagen de un cuadro
en mirarlo me distraje.
Siguiendo por la vereda
que me lleva a la montaña,
allí en una vieja cabaña
donde hasta el tiempo se queda
la soledad me acompaña.
Un arroyo de agua clara
brotaba al pie de la ermita,
en el altar una Santa
quizá sea agua bendita.
Refrescaré del camino
llenando mi cantimplora,
pues si es Santa la Señora,
me ayudará en mi destino
si la necesidad aflora.
J . Piñeiro