Maquillando el corazón
Con ausencia de juventud
Pero con mucho vigor
Cada amanecer vibro.
Después de agradecer mucha con virtud
Inicio la jornada con actitud.
Saco la fortaleza
Del fondo de la fragilidad,
Para verterla en las batallas
Por las vibraciones del alma.
Por las acciones de la bondad.
Por los días de la esperanza.
Desde el fondo de mi ser.
Del espíritu de la médula.
La energía dejo emerger.
Desde el centro de la tierra misma.
Lo veo brotar como un geiser de coraje
Con las energías renovadas
Y las fuerzas restablecidas
Emerjo día a día,
Como el humo de un sahumerio
Que se eleva directo al Cielo.
Chisporroteando y alegre.
Enérgico y vehemente.
El amor que emana de la fuente.
Capaz y vibrante.
Día a día sobresale
Impetuoso y excitante.
Soy de voz clara
No tengo rabo de paja.
Siempre digo lo que pienso.
Me sobra el orgullo
Que algunos intentan derribar.
Sin siquiera perdonar.
Sin reflexionar.
Para decir las verdades
No me ando por las ramas.
No me gusta la falsedad.
La soberbia ni la hipocresía.
Y soy naturaleza viva.
Escribo poemas con sentimiento.
Soy taciturno y melancólico.
Soy emotivo y lírico.
Soy calmo y silencio.
Romantico y soñador.
Soy amor y circunstancias,
Soy el amor puro.
Amores solo una
Y aventuras ninguna.
Guío las plegarias y el culto
Al Divino Redentor
Suplicando perdón
Por los pecados cometidos
En los tiempos de juventud.
Sin ser ejemplo de virtud.
Viví en el Jardín de las ilusiones.
Vertiendo amor con ardor.
Fuí entrega total.
Tengo capacidad
Para entregar y complacer
Sonriendo y perdonando
Todo el tiempo esperado.
Aunque no aparezca el Sol
Por los nubarrones de la mañana.
Soy todo eso
Y dejo el testimonio
Que nunca ofendí a nadie
Si no hubo un motivo.
Enfrente al ofensor
Defendiendo el amor.
Inteligente, fuerte y protector.
Autor: Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú