Como va por el mar lento pero seguro
así mismo va su alma a su Diosa.
Dolores.
El velero que va en medio del atardecer deja en su halo una tremenda paz,
conduce su viaje seguro hasta llegar a su puerto amado, alcanzado, logrado
con tanto tiempo de lucha contra las tormentas que lo atacaban y lo querían
hacer naufragar.
El faro al fondo del horizonte lo mira, lo cuida, le brinda luz para que la oscuridad de la tormenta no lo deje perder, sigue siempre hacia adelante y no cede ante nada que lo pueda apartar de su idea de siempre ... A ella llegar.
Consiente y latente su mente fija va en el día que su amada lo reciba entre sus brazos, le de ese amor gigantesco que los ha unido por tanto tiempo de lucha y de dolor, ella así tan grande y poderosa como es espera atenta y cuida que su hijo haga su periplo con ese ánimo y valor que se requiere para alcanzarla.
El dulce velero mira y sueña con ese día que alcance a su señora que lo llenara de amor, mientras el faro lo guía y guiará para que llegue a buen término ese amigo que ama con cariño real, con fe y con todo lo que los une desde que este pasó por primera vez por él.
Dulce y tierno velero, sincero y audaz serás un día más feliz de lo que eres hoy por alcanzar lo que deseas ...ese bello mar que te ama, que un día será tu lar y que dará a ese faro la más sincera satisfacción por haber sido tu compañía y tu apoyo siempre hasta la eternidad.
Dolores Luna.
Julio 23. 2019.
A él.