WCELOGAN

Habíase Una Vez...

 

Habíase una vez cuenta la historia,

no suelo mentir ni exagerar,

no es patraña este cuento ni habladuría,

es el amor de los que se juran

amarse por siempre,

sucedió una vez, no muy lejano,

que en una gran ciudad a orillas del mar,

se conocieron un pescador y una doncella

ella de fina alcurnia y gran belleza.

 

Un día de tantos casi como si el destino terco

se cruzara en sus caminos los hizo concebir,

la misma hora, el mismo lugar casual,

y si de fortuito es inesperada esta historia,

quizás esta se confabuló

en una extraña manía de la mano de Dios

O quizás nadie ha de saber

Quien se encargo

de unirlos en esta historia de amor.

 

No les miento, sucedió acaecido la primavera,

cuando las flores sus botónes abren

y sus pétalos invitan al asombro

como exhibidose en su gran vitrina

de la naturaleza tan divina.

 

Ya pasado algún tiempo,

ni mucho ni menos,

cuando algo hermoso y digno de admirar

perdura en los anales del tiempo.

Y es así que el amor existe,

como creo que el amor existe en una mirada,

cuando inesperadamente un accidente del azar

encomienda a Cupido dos flechazos al corazón.

 

Se dicen que su amor ha perdurado

a pesar de grandes obstáculos

como ustedes han de imaginar,

la sociedad o el estátus

de una cuenta financiera

interfieran con  el amor verdadero.

 

Pero una mañana una barca

partió una madrugada,

cuando el silencio reinaba alrededor

y la suave brisa empujaba unas velas

con rumbo desconocido dos pasajeros

felices buscarán sus destinos de la mano.

 

Y quizás alguno me preguntará

Que tan sencillo  es mi final

sin saber que acaeció de ellos,

mas les digo que la princesa

fruto de su amor engendro

un retoño que ya sus años ha tener,

y este que les cuenta esta historia

es aquel que se enamoró una vez

de una linda princesita

que de su castillo un día escapo.