Si se nublase
el brillo azul de las estrellas,
si el fuego
del rojo sol se apagase en un instante,
si las letras
como agua del mar callasen,
entonces te diría
que sólo es por esa triste lejanía,
y enloquecido mi amor,
en la desesperación
de un corazón herido,
por lejanas tierras que separan,
volcaría mi ser de granito
sin importar sangre o muerte
y si mi corazón quedara
aun pálido y calcinado
no importa,
porque tu ausencia
ya me mata y muerto estoy
desde que te fuiste.
Y aun así, desde el fondo
de lo fúnebre de mi vida,
la llama de mi amor por ti,
seguirá encendida.