Hay un mostró grande
Todo aplasta y pisa fuerte
No respeta a la gente
Pequeños jóvenes, anciano e indigente
Su mente es diferente
Siembra el pánico en el frente
Su actitud es prepotente
No tiene mente ni conciencia
Hace huella que no cierran
Marcan herida sangrienta
Que por la vida gotean
Los sonidos
En nuestras mentes
Voces confundidas
Gente que corren
Sin defenderse
Todo lo construido
En el suelo
Ya no hay jardines
Que embellecen
Adornado de escombro
Ciudades enteras
En la noche
Estruendo que iluminan
Más que las estrellas
Grandes fogatas
Que son incendios
No se escuchan sonrisas
Solo son lamentos
Hambre y pestilencia
Andrajosos y hambrientos
Es el señor de la guerra
Que a nadie le interesa.
Autor… Eco del Alma
17 – 05 – 2009
Antofagasta – Chile