Como un verso que llega al alma desde tu cielo,
vienes mujer tan precisa a invadir mi tristeza;
a llenarme de bríos y matar mi desvelo
y hacer de mi basura un pilar de pureza.
Huyendo de tu espacio solitario y agudo
te metiste en el mío, en mi corazón abierto
ese que yo te expuse, dejando así el escudo
aquel que me protegía siendo ya descubierto.
Antes de que la vida me aniquile en sus pausas,
me salvaste del estío en que estaban mis sueños
y empezaron los suspiros y nacieron las causas;
los latidos en rima nunca serían pequeños.
Siento hoy que me habitas como sangre que fluye
y recorres mis silencios con tu canto infinito;
es tu amor que me invade, es tu amor que construye
es mi ser que se exalta con tu elixir bendito.
Quién podrá negar ahora, que estuvimos al alba;
que ya te conocía, que tú me tolerabas;
que cantamos juntitos ojalas de suspiros
y juramos al viento un amor que no acabas.
Un universo es poco para el amor que forjamos
y quizás nos acusen de soñadores tontos;
mas sé yo que mi vida, en tu sueño encendido
encontrará la razón para no morir de pronto.
Inocente, incansable, petalitos de rosa;
me legaste la musa para que no te olvide
y no escapo al destino que te pinta mimosa
y no evito a mi mano que en su hacer te describe.
Tienes ya mi vida, asegurada en tus manos
y mi razón no me aleja del amor que te tengo;
sabes solamente tú, que hay al fin de mis sueños;
a dónde he de huir y también de dónde vengo.
Amor de luna llena con locura y con nubes ;
amor que es de mi cielo y viviendo en la tierra,
te amo como soldado que te añora en la guerra
ahí estaremos juntos si te escapas si subes.