Marcos Reyes Fuentes

CHASQUITA (Acróstico)

Como un verso que llega al alma desde tu cielo,

vienes mujer tan precisa  a invadir mi tristeza;

a llenarme de bríos y matar  mi desvelo

y hacer de mi basura un pilar de pureza.

 

Huyendo de tu espacio solitario y agudo

te metiste en el mío, en mi corazón abierto

ese que yo te expuse, dejando así el escudo

aquel que  me protegía siendo ya descubierto.

 

Antes de  que la vida me  aniquile en sus pausas,

me salvaste del estío  en que estaban mis sueños

y empezaron los suspiros  y nacieron las causas;

los latidos en rima nunca serían pequeños.

 

Siento hoy que me habitas como sangre que fluye

y recorres mis silencios con tu canto infinito;

es tu amor que me invade, es tu amor que construye

es mi ser que se exalta con tu elixir bendito.

 

Quién podrá negar ahora, que estuvimos al alba;

que ya te conocía, que  tú me tolerabas;

que cantamos  juntitos ojalas de suspiros

y juramos al viento un amor que no acabas.

 

Un universo es poco para el amor que forjamos

y quizás nos acusen de soñadores tontos;

mas sé yo que mi vida, en tu sueño encendido

encontrará la razón para no morir de pronto.

 

Inocente, incansable, petalitos de rosa;

me legaste la musa para que no te olvide

y no escapo al destino que te pinta mimosa

y no evito  a mi mano que en su hacer te describe.

 

Tienes ya mi vida, asegurada en tus manos

y mi razón no me aleja del amor que te tengo;

sabes solamente  tú,  que hay al fin de mis sueños;

a dónde he de huir y también de dónde vengo.

 

Amor de luna llena con  locura y con nubes ;

amor que es de mi cielo y viviendo en la tierra,

te amo como soldado que  te añora en la guerra

ahí estaremos juntos si te escapas si subes.