Para no tocarte con mis manos impuras,
hoy te escribo estos versos atrevidos y osados,
en los que te confieso este amor que sin dudas,
me trae de cabeza y sin pactos guardados.
Responde a mis latidos que se inquietan de pensarte,
este verso, que palpita a su ritmo acelerado;
hoy que tengo estas ganas terribles de besarte,
como un loco sediento, de amor y endemoniado.
imagina mis manos deslizándose en tus fuentes
llevando en mis temblores mi sudor y mi ambrosía
haciendo de tu risa y de tu canto simiente
de calor y trigo, de flor y de alegría.
¡No sé cuántas auroras te lloverán mis ojos,
cada vez que te miro con este fuego en llamas;
si te quemas perdona también tus labios rojos
me encendieron la musa, la pasión y las ganas!.