Démonos a la huida
Y seamos fugitivos del pasado
Que desea ensangrentarnos
En el mordaz madero, donde crucifican criminales.
Tan solo por la irónica costumbre de hurtar tus besos,
Robar tus horas, tomar tu tiempo y
Guardar tus minutos como tesoros
En un cofre, en medio de un cráter,
Apunto de erupcionar.
Seamos fugitivos del tiempo que con su paranoia delirante
Nos aparta de momentos celestiales
Que elevados al cuadrado suman millones de
Galardones y miles de ternuras que
Envueltas en el minutero., apuran con desespero
Al opaco segundero.
Robándonos espacios que ya nos pertenecen,
Seamos fugitivos de los victimarios que
Apostran robarnos nuestra felicidad,
Y que subyugan nuestro oxigeno cuando
Murmullan sus miserables planes y delirios hacia ti.
Anclando mis celos justo como un puñal
En medio del pecho, muriendo en agonía lenta,
Por los dictámenes de los subversivos observadores en tu entorno.,
Seamos fugitivos de la expansión oportunista
De la distancia que nos separa o por lo menos lo intenta,
Pero sabiamente esclarecemos que no va más allá,
De una simple y vaga actuación.
Que desbarata con solo un abrazo apasionado
Bajo el resplandor de la luna.
Ya nada nos frena, no hay límites que cubran
La disensión en nuestros latires.
Ahora somos dos fugitivos que controlan tiempo,
Espacio y distancia sobre cualquier
Arrogancia crónica erigida sobre nuestro imperio de amor.
jhonny R.
colombia
©