Se perdió lo de otras noches
De faros y cuentas blancas,
El no mirar el corpiño
Por no descubrir el alma
Donde se llevan los sueños
Enredados en las faldas,
De las mozas de esos tiempos
Sonrientes, hermosas y santas.
Ya no hay miel en las palabras
Para las doncellas castas.
Tienen que ser como aquellas
Que entregaron su pureza
Contra muros de las plazas,
Para poder formar parte
De una sociedad que canta:
! ¡Vivan!! vivan! las que cazan.
Ya se permutó el halago
Para la hermosa que pasa.
De una rosa cantarina
A una tosca hojarasca;
Porque los hombres perdieron
La dulzura de sus almas
En los campos de batalla
Encontrados en sus casas.
Ya no hay fuerza en la palabra.
Como la de aquellas tardes
En las que iniciaron conquistas,
Y robaban suspiros al alma
Para formar con su prisma,
Unos soles que daban vida
En besos, sus labios se unían
Al doblar de las aristas.
Quedo huérfano el amor
De aquel aliento de eros,
Al entrar entre los pechos,
De los amantes tiernos
Detrás de portones viejos
Hoy murmullos lastimeros
Porque se aleja el romance
¡Y aquel aliento de eros!!!!
DOMOTA