¿Me dejas ser tú, pingüino?
Dime que reconocerías mi voz.
Dime que te acuerdas de mí
Como yo me acuerdo de ti cada día.
Si mañana tocara a tu puerta,
¿Me reconocieras?
Si recorro tu cuerpo con mis manos,
¿Te pudiera hacer estremecer?
¿Te acuerdas de mis labios sobre tu cuerpo?
Cada día veo el retrato en el que tú no estás.
Cada mañana grito tu nombre.
Al tomar café, me acuerdo de tu aliento.
Escucho el silencio de tu voz, decir mi nombre.
Me he quedado parado en el mismo lugar esperando que llegues.
Fielmente tu pingüino.