jesus alberto porras

El viento

Siento tus caricias en mi cuerpo

El aliento de tu boca 

Al respirar sediento de amor

El aire sopla lento 

Queriendo parar el tiempo 

Dejando así las huellas de tus caricias 

En todo mi cuerpo 

Que arde de deseo de tenerte 

Cómo un tatuaje en mi pecho

Que está anbriento 

De tus caricias y tus besos

Cuando los dos jugamos a ser traviesos 

Ya sin ropa mis brazos son tú cobija

Y en tu pecho desborda un manantial 

Que insista a pecar 

A ser traviesos no solo un día sino una eternidad