... A arrancarme los sueños, a tirarlos al viento,
a lanzarlos tan lejos, sin querer,
que se fueron muriendo poco a poco sin saberlo,
se arrimaron al árbol del perder.
Esa historia perdida, que hice añicos, es mi vida,
no la busques salida, es así.
Es un pájaro herido escapando de su nido,
que se lame la herida del amor,
y se queda temblando,
apagado y asustado,
suspirando entre escollos por salir.
Mis malditas musarañas se quedaron enganchadas
y ahora ya no queda nada por vivir.
Y si ahogo mi silencio
en la música del tiempo…
fue para buscar tus besos en mi piel.
De sentir no me arrepiento,
son mis dardos contra el viento…
que llegó para verme caer.
Mi palabra me sostiene y en el aire se entretiene…
y me abriga dulcemente, yo lo sé.