Bernard Fokke has viajado
de Batavia a Holanda
en noventa días
gracias al diablo y
sus poderes mágicos.
Escucha, he permanecido
toda la vida gobernada
por el viejo de la barba,
en silencio
_si había palabra por medio,
el barco desaparecía_
ni siquiera canto,
menos blasfemo
en la borrasca
sin rumbo de la patria.
Escucha, holandés errante,
navego miedo,
cambio de aspecto
cuando se acercan,
ando sin tripulación,
desespero,
vuelve loco
al capitán de mi isla,
mátalo de una vez,
es hora
de que regrese a puerto.
de Maldicionario,
Editions Hoy no he visto el paraíso, 2009