POR LA MITAD PARTE EL MUNDO
No se cansa el corazón,
de sentir y de latir.
No se detiene el dolor,
sin razones de vivir.
No se arredra la razón,
en su caminar errático.
Ni se niega a resistir,
quien se aleja del fanático.
Como un diamante en bruto,
nace sin nombre el humano.
Crece la sangre y la carne.
Y la vida va cambiando,
al mismo ritmo que absorbe,
realidad y sensaciones.
Y en el devenir mundano,
se camina a trompicones.
Con la piedra de un molino,
quiero hacer una cabaña,
para que sepan a trigo,
las paredes de mi casa.
Que la cosecha del tiempo,
se convierta en alimento,
para mi maltrecha alma.
Así, volverá el recuerdo,
de sus antiguas hazañas.
En la marmita del tiempo,
todo se guisa y cocina.
Infinitos ingredientes,
de variopintos sabores.
Entre desprecios y amores,
se maceran y aderezan,
cariños y sinsabores.
También bulle la codicia,
con el odio y los rencores.
Y se cuecen las locuras,
con especias de colores.
No se cansa el ruiseñor,
de cantarle a los demás.
Ni se cansa quien valora,
la verdadera amistad.
Tampoco cede el halcón,
a su majestuoso vuelo,
ni se cansa de volar,
aunque le someta el viento.
Como el junco no se dobla,
aunque le obligue el ciclón.
Amor de invencibles armas,
que siempre derrota al miedo.
Y que a fuer de ser sincero,
desafía a la razón.
Amor que retando al tiempo,
se hace el dueño del dolor.
Aferrado al sentimiento,
vive bailando con él.
Arrebatados momentos,
que se viven sin saber,
de que materia está hecho.
Por la mitad parte el mundo,
quien se niega a resistir.
Parte el mundo a la mitad,
quien reniega de existir.
Y de esa forma, partiendo,
consume su porvenir.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
26/07/2019