FERNANDO NOVALBOS

BRUMA TRISTE

BRUMA TRISTE

 

Todo ha quedado en tus manos,

la cisterna de agua, el almirez de bronce,

el horizonte abierto de la ventana,

la desnudez del pleamar y la arena,

la cordillera de los manantiales,

y la tierra donde se detienen los relojes,

todas las flores rojas y sus pétalos,

los ángeles de la ira, y los de la belleza,

los ángeles que te guardan, mi voz,

su eco desfondado, y los espejismos,

ahora necesito dormir pero no puedo,

sentirte en el recodo de la alcoba,

sanar la sangre dolida de mis dedos,

saber de la poesía que cambia de color,

y los colores que anuncia la primavera,

si te molesta que nos tendamos en la luz,

nos queda la posibilidad de abrigar

el corazón con calor e inteligencia,

en tus manos existe la resurrección,

la maravilla blanca del cielo oscuro,

el temblor cicatrizado de la manzana,

el timón que precisas que maneje,

pero entre nosotros existe el amor,

el nombre que dimos a nuestra historia,

y el fondo despierto de la enredadera,

no dejaré de mirar tus ojos que miran al mar,

aunque tenga miedo, aunque sienta frío,

junto a ti no se divisa más que la vida,

nuestra vida, la que nos gana y nos merece,

porque todo ha quedado en tus manos,

el trigo en la sombra, el aire de la calle,

las hojas del abedul y la raíz del árbol,

porque sin ti soy menos que la sin memoria,

pluma que barre el viento de invierno,

bruma triste de una noche de verano.