La aurora roza tu pelo
cuando sales de tu casa
la última estrella en el cielo...
cantando tus alabanzas.
El aire mece tu cuerpo
y se encabrita deprisa
soltándose la melena
y soplándote entre brisas.
Vas camino calle arriba
y el suelo sonríe por dentro
cada vez que tu lo pisas
con donaire al pavimento.
Ya llegas donde te aguardan
los árboles con sus hojas
que se inclinan, en sus ramas,
tratan de rozar tu boca.
Dime niña, qué tu tienes?
para que el mundo desee
camelarte por las noches
y estar de día a tus pies.
Danza alegre con el viento
y déjale abrazar tu cuerpo
que la noche que ahora viene
seas mía y pare el tiempo.