En alguna noche empecé a amarte.
Empecé a mirar tu alma.
Alma pura, dulce, ardiente.
Y te sigo, por el tiempo, amándote.
Te seguiré amando en cada segundo,
En cada atardecer que languidece.
En cada instante al salir el sol.
Seguiré diciendo que te amo.
Caminé amándote en senderos
Que me recuerden de tu amor.
¡Porqué no seguir amándote
Si te conocí el día del amor!;
No en los días que inventaron,
Sino en el día en que empecé a verte;
Empecé a quererte, a buscarte.
Te amaré en mis postreros días;
En el comienzo de las tardes.
También te amaré cuando ríes,
Cuando estás triste al amanecer.
Debo amarte todos los días,
Amarte al terminar mis días
Al comienzo del verano y
También al comienzo de primaveras.
Tu alma cayó sobre mi corazón
Y debo amarte aun sin quererte;
¡Aun si no existieras, vivirías en mí.
Y seguiré amandote por siempre!!!!