Alberto Escobar

Amémonos hoy

 

Luego, cuando lleguemos a muchos miles,
perderemos la cuenta, no la sabremos nosotros
ni el envidioso, y así no podrán maldecirnos
al saber el total de nuestros besos.

 

 

 

 

 

 

 

Que el recuerdo haga justicia...

 

 

 

 

 

Lesbia mía, amada.
No importa lo que digan,
lo que pronunciar quieran será mecido
por los vientos de la indiferencia.
La vida es breve, el arte largo.
Tu y yo, aquí, debatiendo nuestro amor,
tus labios, amapola que muerte implora,
me reclaman mis besos.
Toma mil de ellos, estos que se derraman
de la comisura ardiente de mi sonrisa.
Toma otros cien, ahora otros mil y otros cien,
hasta que la ruleta del deseo se haga tan grande
que sea inútil pararla.
Entrégate con tus besos, dame cien, ahora,
después otros mil, hasta que la saliva devenga
salitre insuficiente al roce.
Tus padres, los míos, la envidia, quedan tan lejos...
Dame otros mil, dos mil, que perdamos la cuenta
hasta que nadie pueda reprocharnos el número
de los besos.

Vivamos este frenesí que nos visita.
Mañana, todo esto, quizá, sea un sueño.