Tengo ante mí la carta que escribió malherido en su celda de aislamiento el difunto Morouane Abouobaida, fallecido recientemente en el Cies de Zapadores, Valencia. Recordar al lector que murió como muchos otros inmigrantes: inhumanamente . Su muerte ha sido comparable al suplicio de los animales, y se encuadra dentro de un plan genocida aprobado con leyes estatales para proteger las ganancias del capitalismo con chivos expiatorios.
Esta carta publicada recientemente corre peligro de ser destruida por la ley mordaza, o de ser sometida a un montaje grotesco , indigno e infrahumano por parte de la prensa, los jueces , la policía, o incluso todos ellos juntos actuando como una célula maligna de control, desinformación y terror dentro del seno de una sociedad que atormentan con mentiras, injusticias, torturas… y mil cosas más que dan nauseas al saberlas hasta de vivir . Horroriza e inquieta pensar que haya gente así, y a la que encima se les paga el sueldo todos los meses para que nos informen, nos protejan y hagan justicia.
En esta carta lo primero que debe llamar la atención es que son las ultimas palabras de un ser humano dotado de sentimientos y de inteligencia, ya que aprendió a escribir castellano en poco tiempo. Tengamos en cuenta de que era marroquí. También demuestra al escribir la carta su alto grado de comprensión a las normas del Cies, y su educación, ya que pide por favor que le atiendan estando en una celda de castigo que es una verdadera tortura.
¿ Por qué no tuvo valor informativo para el director del Cies?
Es posible de que el director estuviera cegado como mucha gente de nuestra sociedad por un odio racista, su ego intelectual, y las dictaduras que ejercen las personalidades de ciertos sujetos sobre su pensamiento que los hace irreflexivos.
La inhumana muerte de Morouane Abouobaida va a ser metida en un cajón al igual que su carta para olvidar el fallo en el sistema Si nos apartamos de este espejo que nos muestra un sistema humano que vela por las personas, una justicia que es igual para todos, libre ( por supuesto ) de persecución por motivos de raza, religión o ideología, y con una prensa libre que informa para una sociedad crítica, extrañara a los que viven mirando el espejo que no tenga palabras para condenar tanta violencia e impunidad por parte de los que la ejercen. Me asombra de que gocen de tanta impunidad y de ese grado de violencia que se ejerce ante una mayoría social que repudia la violencia y la impunidad de los poderes que la ejercen.
Por eso no debe quedar sin condena la impunidad del odio del poder y señalar su maldito espejo distópico donde vive el poder. Esperemos que la carta de Morouane Abouobaida, las fotos con su cara llena de golpes, su muerte brutal, sirva para romper este espejo negro y salga toda la porquería que hay dentro de su apariencia que no es sincera.
Angelillo de Uixó