Una lágrima es la manifestación sincera de un sentimiento.
Un suspiro es la concreción de un recuerdo.
La nostalgia, el cálido sentir de algo que no regresará. Un ayer en el que fui feliz.
Un abrazo es la sincera unión de dos corazones. Elocuencia sin palabras.
Un beso, unión de nuestras almas más allá de lo infinito. Compartir nuestra esencia.
Un “te quiero”, expresión sincera de mi ánima errante. Deseándote lo mejor ahora y siempre, aunque no te conozca personalmente.
Una caricia, el deseo de tocar tu alma en el más profundo respeto y admiración.
Una mirada, el tentativo de reflejarme en lo profundo de tu ser, entrar descalzo en tu templo sacro.
Un “Dios te bendiga”, anhelo sincero de prosperidad, de que te sonría la vida y se aleje el mal.
Con un “gracias”, quiero reconocer tu cercanía, compañía, afecto y amistad.
Mis letras, exteriorización profunda de mi sentir, de mi existir, deseos de eternidad.
Nuestra amistad, la oportunidad de crecer, de aprender, de ser cada día mejor.