Ángela Páez A

Confusión

Todo es un camino constante, cada paso cuenta, tu alma pesa, tus labios arden en confusión,

pero llega la noche y aparece la luz que quizá no encontraste en el dìa

La brisa fraudulenta retumba tu hogar tan solo, y tu proximidad se encuentra tan lejos

Me reflejo en el otro, en aquello que nubla; me reflejo y quizá todo

este tiempo mi mente ha divagado en su mar azul; quizá solo seré esta cara que hace 

gestos y este pecho que a fuerzas recupera el aire

Caigo, y me envuelvo en mi nuevo vestido de jardín, y añoro esa eternidad que

fue cobarde de materializarse. Y míranos, y mírame; descúbreme

un poco, desnudo mi alma para ti, porque hay oídos 

sordos que se acercan y me encuentro cansada de comenzar de nuevo

No hay miradas, no hay tacto, todo se fue bailándole a 

la sutileza entre tanta gente; esta vez no 

hay flores, esta vez dibújate en lo que quedó 

 del conformismo cuando la noche seguía y tus ojos cansados

buscaban hogar en los míos.