Todo es un camino constante, cada paso cuenta, tu alma pesa, tus labios arden en confusión,
pero llega la noche y aparece la luz que quizá no encontraste en el dìa
La brisa fraudulenta retumba tu hogar tan solo, y tu proximidad se encuentra tan lejos
Me reflejo en el otro, en aquello que nubla; me reflejo y quizá todo
este tiempo mi mente ha divagado en su mar azul; quizá solo seré esta cara que hace
gestos y este pecho que a fuerzas recupera el aire
Caigo, y me envuelvo en mi nuevo vestido de jardín, y añoro esa eternidad que
fue cobarde de materializarse. Y míranos, y mírame; descúbreme
un poco, desnudo mi alma para ti, porque hay oídos
sordos que se acercan y me encuentro cansada de comenzar de nuevo
No hay miradas, no hay tacto, todo se fue bailándole a
la sutileza entre tanta gente; esta vez no
hay flores, esta vez dibújate en lo que quedó
del conformismo cuando la noche seguía y tus ojos cansados
buscaban hogar en los míos.