MIEDO Y VALOR DE LA MANO
Piensa el pobre en la riqueza,
y el rico solo en que crezca.
Y mientras el pobre piensa,
el rico su renta aumenta.
Desvalido nace el Hombre,
ajeno a su transcendencia.
Aferrado a los fluidos,
de la madre que le gesta.
Nace sin voto y sin verbo,
pero grita de dolor,
según va creciendo el hueso.
Y con total transparencia,
busca el roce y el amor.
Se va aclarando la voz,
de quienes nacen sin normas.
Y su vida se conforma,
con lo que hay alrededor.
No sabe de la riqueza,
y no conoce el temor,
de caer en la pobreza.
Vive y crece con el sueño,
inundando su cabeza.
Y no sabe con certeza,
si será siervo o señor.
Vive el rico en la opulencia,
y el pobre vive al socaire,
de las migajas que quedan.
Liba así el rico la esencia,
de quien vive sin hacienda.
El poderoso hace alardes,
del ego que le sustenta.
Mientra el necesitado,
con sus harapos se acuesta.
Y al retar de esta manera,
la propia naturaleza,
lo noble se va perdiendo,
mientras el odio hace mella.
Nace el humano inconsciente,
de la vida que le espera.
Y es tan grande su ceguera,
que solo sombras distingue.
Torpe, pero rebelando,
su progresiva existencia.
Nace el humano sin norte,
unido a su fortaleza.
Y así creciendo sin freno,
va forjando su materia.
Temores y sensaciones,
instintos que se doblegan.
Y en el cenit de la vida,
unos sorbos de sapiencia.
Miedo y valor de la mano,
pero unidos a la tierra.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
27/07/2019