Hay lluvia en mi aposento,
corre diáfana por mi suelo,
endurecido, intrépido, exaltado.
Irascibles mis botones
se ensalzan como cual aurora en primavera,
danzan de emoción,
florecen como orquídeas,
y con quietud quejumbrosa
esperan ser consumidos por tu boca.
Has de mi profunda oscuridad tu nido,
de mis piernas un par de alas
abiertas de extremo a extremo,
pájaro en vuelo,
Gaviota herida en busca de sosiego.
Descansa en mi alborada,
que mis labios se yerguen
altivos a tu miel,
a tu almizcle,
a tu vino blanco,
llegando a ser el néctar de mi espalda,
de mis vértices,
de mi lengua.
¡Lleva entre tus dedos mis gotas de lluvia,
lleva en tu boca mi tormenta!
Lore Cruz
Madrigal de Luna
©copyright-2019
Colombia