kavanarudén

Sentires

 

 

La arrastró suave y ella se dejó llevar.

En ningún momento opuso resistencia.

La vi desaparecer al horizonte.

Quizás pasto del fuego sería, o en el río se perdería.

Continuó el viento, con su acariciar perenne,

barriendo hojas secas y cuando a su paso encontraba.

Ahí en silencio estaba, sin pronunciar palabra alguna.

Escuchaba el jugar sereno de los cisnes en la laguna. 

Suave cantar de las aves, majestuosos sus raudos vuelos.

Variopinto los colores que me ofrecía madre natura, 

mientras el sol acariciaba regio, fuerte, sin premura.

Seguí mi andar sereno, contemplando lo que se ofrecía.

Vaya suerte la mía, me dije mientras seguía y me perdía en mi frágil memoria.

Soy el resumen de todo lo que fui, la sabiduría de lo que soy y artífice de lo que seré.

Jamás me cansaré de expresar lo que siento, mi vivir, mi sentimiento. Secas y frágiles letras que sin piedad, arrastra el impetuoso viento.