Parpádos gastados
Bajo mi cueva
Llaman a un nombre desfigurádo
Que en un punto fue estremecimiento.
Ya no hay lluvia
Ni diluvios
Hay desiertos
Y cactuses
Extremidades secas
Y paisajes cuadrados.
Ríen postales en las calles
Ríen las aceras
Los puentes aplastan
Y los hombres observan con desesperación
Su esperado turno para pasar
A formar parte de algo
Más grande que si mismos.
Giran las tensadas ruedas infinitamente
Mientras ojos las observan
Seguimos en el medio de todo
Mientras intentan aplastarnos.
Cubro mi rostro
Con sigiloso respeto
Hacia aquello que fue
Y ante aquello que no.
No he de resistir
El llamado
De la almohada
Pidiendo reconocerme.