Amanece el día,
Rayos de sol penetran mi ventana,
Con la intensidad de su luz,
Entonces pienso en ti, porque tu amor era mi luz,
Y recuerdo cada instante,
Cada momento tú presencia,
Ahora aun la luz que penetra el cristal de mi ventana es oscura,
Un silencio que penetra mis sentidos lastima,
Entonces el calor se convierte en un frio que hiela mis manos,
Mi piel y mis ojos que impávidos y secos de llorar.
Se funden en una profunda y extraña mirada,
Como si de repente ya no hubiera espacio en el sideral infinito,
Como si cada detalle se hubiera perdido,
En el laberinto indescriptible de mi mente,
Es como si de un momento a otro se paraliza todo,
Y en un instante sueñas y despiertas en un lugar tan distante,
Que no se escucha ni un trinar, ni un soplo del viento,
Tan solo tu silencio que envuelve mis sentidos,
En una calma casi fantasmal;
Quizás mis letras no son las mías,
Quizás ya no soy la misma,
Porque no sé pero creo que me perdí,
Me busco y no me encuentro, quizás me tiene un ángel,
Quizás me lleva Jesús en sus brazos,
Es posible que mis huellas no se encuentren,
Me llevan a un mundo donde pueda mirar la luz de nuevo,
Donde mi sonrisa franca y dulce,
Se esparza en cada rincón en cada lugar.
Y entonces pueda danzar al ritmo de un vals del amor,
De un embriagante y soñado amor,
Que me transforma, que se cuela por mis poros,
Que aviva mis colores en un mágico arcoíris de emociones,
Donde le jubilo de mis ojos resplandezca,
Y la llama de mis sentimientos florezca,
En un jardín lleno de rosas y claveles delirantes de bellezas,
Y hacer ecos de mis risas que lleguen tan lejos,
Tan lejos donde solo existe el amor, donde el mundo quede atrás.
Colombiana.