ALVARO J. MARQUEZ

MALDICIÓN

Que te vas, que no vuelves, que me muera,

que en mi entierro cantarás dichosa;

que al momento final -¡quién lo dijera!

unas flores con tu nombre adornarán mi fosa.  


Que escupirás sobre mi tumba triste

y mis fotos terminarán en la basura.

¡Que jurarás por Dios que jamás me quisiste!

¡Y que no es el amor la causa de tu amargura!


 Dices todo eso y ¿sabes qué?

Siempre regresas arrepentida...

Es cierto, algún día moriré,

¡pero no perderé por ti la vida!  


Así que si quieres cantar

y en mi fosa echarme flores,

no te voy a contrariar,

voy a hacerte los honores.  


Que tu canto sea eterno,

como eterna tu juventud;

pero ¡cuidado te mueres tú!

y vas a parar al infierno.  


Porque allí sí te diré que perdiste

y cuando estés sola, sin más,

en tus manos encontrarás

las fotos mías que rompiste.