No me cabían más silencios,
eras tú en la inquietud persistente,
rondando mis pensamientos ...
en el incómodo sabor del saber
hasta dónde y cuánto duele una palabra,
un vacío, un punzante \"nos hacemos daño\"...
y no podía encontrarme
en la habitual cita de medianoche con la Luna
No podría asistir sin tu beso,
sin tu mano, sin tu pecho...
te decía y tú ya sabías
sin yo pronunciar palabras...
Un te quiero no bastaba,
era preciso anteponer a mi orgullo
y saldar con tu mirada un perdón
tan honesto como el taller de mi cuerpo
donde me esculpo cada roce de tus dedos
Para el te espero y el añejado vino
en el sabor de nuestros labios, nos cuidamos!
Y así, despertándonos nuevamente el alma,
me aferré como nunca a tu regreso...
La Habana, Cuba.
26-07-2019
Isis Marilys Álvarez Silva