Te lamentas por no tener lo que yo tengo conmigo,
me doy el gusto de tenerle por siempre,
mientras tu le gritas que huya hacia a tí,
y él me implora que este un instante cerca de él,
me busca y quiere estar piel a piel,
mientras tú le lloras y le suplicas, yo le digo basta.
Que ironía yo vivo con él y tú te desgarras en la infidelidad.
Dios es el único que decide,
el hombre actúa de acuerdo a su corazón.
ahora puedes seguir llorando,
en fin, las mariposas sólo son de temperada.
él y yo somos uno mismo.