Que bonita y fragrante
bajaba las escaleras,
con su falda acampanada.
En el rellano se encontró
un guante blanco de
algodón parecía de una
niña por el tamaño.
Le hizo recordar cuando
ella había tomado la
comunión que de impecable
blanco y con el rosario de su
abuela se había sentido
respetada y feliz en
la comunidad...
Ahora los tiempos habían
cambiado , ella también
pero siempre agradecía
el sentido solidario que
le habían inoculado en
la catequesis, ella
ahora estaba bastante
descreída de todo y con
nostalgia miraba y añoraba
esa niña que la había
abandonado ...
Seguramente tiempos
felices que no volverán
jamás de esa forma.
Agradecía cada día,
en su soñada infancia
cuando se reunía con
sus amigos a buscar
setas al monte y
con la cesta llena
compartían el almuerzo
que su madre amorosamente
preparaba para todos....
Caramba !!!como la
extrañaba...