Mis versos hoy esculpen el silencio.
Las hojas del diario se enriquecen.
La luz de la esperanza no fenece
y vuela junto al céfiro bohemio.
No es solo un desafío intransigente,
es voz que multiplica las quimeras,
que vence la oquedad de la tristeza
y esplende en su virtud cuando amanece.
Es eco en el cansancio que ennoblece
y asume el devenir del horizonte,
no importa si el secreto de la noche
conspira ineludible, irreverente.
Revela inexorable los anhelos,
se inspira en la obsesión, en la osadía,
repasa esa verdad que no claudica
y anida en lo esencial sin sortilegios.
Se trata de vivir cada momento,
de amar con vehemencia hasta el suspiro,
trocar la intensidad con lo divino
y así tocar el cielo en un desvelo.
Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul