Luis Torres Veloso

Hola, silencio. Adiós, silencio.

Buenos días, silencio:

no has callado esta noche

y me recibes con más calladas palabras.

Tus gritos silencian mis toses;

tus aullidos, las voces de ondas;

tus bramidos, el borboteo de café;

tu rugido, el quejido del motor.

 

Buenas tardes, silencio:

has ganado la batalla a la rutina

y luces laureles todavía brillantes,

peinado de ruidos de prensa,

maquillado de teclados persistentes,

disfrazado de sala de reuniones,

de huida hacia la huida.

 

Buenas noches, silencio.

Se apaga la luz del silencio diurno

en las aguas del silencio nocturno;

son negros los reflejos de estrellas

de tímida luz y  lejanos silencios.

Descansa silencio, descansa,

que tu descanso es mi reposo.