Hada de Agua

Sabor chocolate

 


Me llega esta vida en tibios sorbos
con esa caricia que bendice la alegría,
para la sonrisa que resuena en cántaros de barro
bajo el desvelo que llama la presencia.

 

Un privilegio es, sentir la tibieza de sus manos
en el recuerdo que persiste en su mirada,
ese aleteo que sabe de sus besos
y reitera la fuerza de sus ojos en los míos.

 

Es mi pausa prohibida, el ansiado párpadeo
el amor sin cadenas que libera mi osadía,
es la causa que lucha lo imposible
y que sabe a cordura en medio del desierto.

 

Es lo que soy sin meditarlo, porque nace
porque sueña, porque arriesga sus luchas
y canta al son de mis púrpuras pupilas
para la dichosa deuda que endosa la aventura.