Pensé que tanto me habías dado…
profundas sonrisas, bellos hoyuelos,
varias alegrías y una esperanza.
Presencia, mañanas enteras y
noches de lunas y mieles muy plenas,
brazos profundos rompiendo tristezas,
besos eternos de instantes de ensueño.
Me diste el abrigo y tu compañía,
tres cascabeles sonando bellezas.
Trayendo a mis días juventud, vida,
frescura de roció de primavera.
Música que despertó mis sentidos,
huracán de deseos en mi cuerpo.
Al fin, cuando todo me lo diste…
todo, de una totalidad completa,
en la cruel llegada de malas nuevas,
te inventaste a nuevo dando tu estrella
y así de nuevo yo brillara en ella.
A.B.C. 2017 ©
Amalia Beatriz Arzac
Buenos Aires Argentina