Yo llegaba con
una camisa nueva
ella anunciaba
su despertar
nos traíamos
unos meses a cuesta
alguna que otra
discontinuidad
y muchísimo apetito
hubo un baile
delicado y vertiginoso
lleno de fantasías
que ya conocíamos
el pudor
no pudo hacer nada
para apartarnos
y se sentó
en un lugar oscuro
de espaldas
a nuestras voces
allí en la luz
todo florecía
hasta la más
diminuta valentía
tomaba dimensión
de anécdota
íbamos recomponiendo
tramo a tramo
nuestra salud
mientras
la ciudad sorprendida
se quedaba silente
Eduardo A Bello Martínez
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