No sé, hija...
Quizá debamos irnos.
Las miradas nos siguen
y nos quieren ver caídos,
no podré saltar de nuevo todo
el alambre de espinos,
los huesos aún me aguantan,
pero hoy me doy por vencido...
No sé que hacer...
la noche está cerca,
y ya sabes que a la Luna
le gusta ahogarme en arena,
entre rejas,
sus destellos tan oscuros,
hoy parecen más que nunca,
un rostro pálido, y me asusta...
Y al albor del día primero
del agosto venidero,
verás cómo tus amigos
te escupen y pasan lejos.
1/8/19