Me traslado a esa alcoba estrecha
donde tu vida fluye.
Momentos del pasado unidos al presente.
cárcel inmutable de un ayer
que no quiere ser mañana
y sigue sieno hoy.
Presente la mariposa negra
revolotea sus alas,
el único sonido en el silencio de la noche.
No compartimos nada,
sólo el deseo de ser,
la necesidad de estar...
Caminos de cuartos separados
por la mente y el mar,
por veredas montañosas,
más aún...por la voluntad.
En silencio penetro en esa alcoba
donde no soy invitada esta noche invernal,
donde soy otro ayer femenino
que se esfumó del hoy.
Tu almohada recuerda otras voces,
otros cuerpos.
Lejos queda y regresa la primera voz.
Siempre presente, oculta en algún rincón,
escondida en una rendija,
habitando invisible y callada,
la alcoba del recuerdo,
el aposento alto de tu íntimo ser.
gne