Un libro abierto,
lleno de paginas
blancas y limpias.
Esperaba ser escrito.
Podria haberle escrito:
- Te amo
O tal vez:
- te amaré para siempre.
Tal vez,
para no asustarlo,
un anónimo:
- me gustas.
Opte, por dejarlo,
libre, suelto, vacío.
Y sin mirar atrás,
se ha ido.
Ahora que lo deseo,
que lo pienso y
lo recuerdo,
es muy tarde.
Otras manos,
lo acogieron.
Otras manos,
lo escriben.