Cuando te miro,
de todo me olvido,
se me olvida que existo,
que pienso, que siento,
que respiro y que sigo vivo;
lo único que hago,
es perderme en tu belleza
y sentir como por ti suspiro.
Cuando te toco,
se estremece todo mi cuerpo,
siento tu calor,
y dejas tu huella en mi corazón,
porque enciendes la pasión
y llenas mi ser de mucha emoción.
Cuando te beso,
cierro mis ojos
y siento que vuelo,
toco tu lengua
y me siento en el mismísimo cielo,
saboreo tus labios
y me siento soñado,
respiro tu aliento
y mi sangre hierve por dentro.
Cuando te abrazo,
mi alma se pasa a tu cuerpo,
siento tu amor
al juntarse tu piel con mi piel
y tu pecho con mi pecho;
y te doy mi calor
para que me lleves contigo
en todo momento.
Cuando te escucho,
se grava tu voz en mi mente
y tu sonrisa se convierte
en la melodía que me llena de vida,
mientras que tus palabras
activan mis sentidos,
que me hacen sentir vivo.
Cuando te sueño,
me pierdo en el tiempo,
te saco de la realidad
y te encuentro en cualquier espacio
y en cualquier momento;
tan viva, tan llena de alegría
y tan ligera como el viento.
Copyright © 2013 por Pavlov Agüero.
Libro Sentimientos del alma