Ben-.

El collar de la supersticiĆ³n-.

Llevo el collar de la superstición

tatuado con calor en mi pecho.

Aunque duerma solo, y la piel

se estremezca, frío su sudor invariable,

no me cuesta subir las pendientes

que el sueño me presenta.

Caigo en la red de todas las anacondas.

Su sublime acero elástico y pueril.

Su sombra enérgica mordiendo mis labios.

Sus tetas, orondas y frágiles, duermen

asfixiándome.

La noche donde residen es desértica

y atroz.

Caigo despierto en los volúmenes inconsistentes.

Metódicos dedos que avasallan un número circular

de anillos.

Mi piel lleva el contacto de otras pieles muertas.

No hay fijeza en el corazón que puebla las noches.

 

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